En el contexto del gobierno corporativo, elegir entre un consejo asesor o una junta directiva formal puede determinar el éxito o fracaso de una empresa. Este artículo explora las diferencias entre estas dos estructuras, ejemplificándolas con un caso real en el sector de la construcción, donde decisiones mal gestionadas llevaron a una crisis financiera significativa. A través de este análisis, los empresarios familiares podrán reflexionar sobre cómo estructurar órganos de gobierno efectivos que garanticen la sostenibilidad de sus negocios.
El gobierno corporativo establece el marco para dirigir y controlar una empresa. Incluye estructuras, procesos y relaciones que permiten a los accionistas supervisar la gestión y garantizar que se actúe en su mejor interés y el de los demás stakeholders. Los principios básicos del gobierno corporativo incluyen transparencia, responsabilidad, justicia y supervisión independiente. Estos principios son esenciales para garantizar que las decisiones estratégicas estén alineadas con los objetivos de largo plazo de la organización. Sin embargo, la efectividad de estos principios depende en gran medida de la estructura del órgano de gobierno que se implemente.
Un consejo asesor generalmente actúa como un órgano consultivo que ofrece recomendaciones y apoyo estratégico a los accionistas y la administración. Este tipo de consejo es especialmente útil en las primeras etapas de una empresa, cuando las decisiones suelen estar concentradas en un grupo reducido de personas, usualmente los fundadores o los miembros de la familia propietaria. Sin embargo, a medida que la empresa crece en tamaño y complejidad, los desafíos aumentan y las decisiones requieren un nivel más alto de supervisión y compromiso. En este contexto, una junta directiva formal, con responsabilidades legales y fiduciarias, se convierte en un componente indispensable para garantizar la estabilidad y el crecimiento sostenible de la empresa.
Este año 2024, una empresa familiar de segunda generación enfrentó una de las peores crisis en su historia. Dedicada a la construcción de viviendas de interés social, se vio impactada por cambios regulatorios que dificultaron el acceso a subsidios y financiación para los compradores. Estos cambios, combinados con un entorno macroeconómico adverso marcado por tasas de interés crecientes, generaron una tormenta perfecta que afectó gravemente al sector. Muchas empresas en el mercado enfrentaron dificultades similares, algunas llegando incluso a acogerse a la ley 1116 para reestructurar sus deudas y evitar la quiebra. Sin embargo, en este caso particular, la situación fue manejada de manera inadecuada por la administración, exacerbando los problemas existentes…