Crecimiento del Patrimonio Empresa Familiar
En medio de una sesión de trabajo sobre el propósito y la estrategia de la propiedad en una familia empresaria, una pregunta aparentemente sencilla desencadenó una reflexión profunda: ¿cuánto debe crecer nuestro patrimonio? Lo que parecía una inquietud técnica reveló las tensiones entre expectativas individuales, necesidades familiares, rentabilidad real y riesgos asumidos. Este artículo retoma esa vivencia y revisita conceptos clave como el ROE, el riesgo país, la tasa de reinversión, la política de dividendos, el rendimiento del dividendo y el crecimiento per cápita, para ofrecer una mirada actualizada sobre cómo exigirle al patrimonio familiar una rentabilidad coherente con su propósito.
El crecimiento del patrimonio de una familia empresaria no puede medirse de forma absoluta, sino en función de su propósito, sus riesgos asumidos y su capacidad de reinversión. Desde la teoría financiera, el crecimiento sostenible del patrimonio (g) puede modelarse con la fórmula clásica: g = ROE × (1 – tasa de reparto de dividendos). Donde el ROE (Return on Equity) representa la rentabilidad neta sobre el patrimonio, y la tasa de dividendos indica cuánto se distribuye y cuánto se reinvierte. Esta ecuación es el punto de partida para proyectar la sostenibilidad del patrimonio.Pero en las familias empresarias, el crecimiento no solo debe compensar la inflación, sino también el crecimiento poblacional (que diluye la riqueza per cápita), el riesgo país (medido por indicadores como el EMBI+) y la expectativa de bienestar de las siguientes generaciones. Adicionalmente, se enfrenta una tensión estructural entre conservar el capital para el futuro y generar dividendos para el presente. Resolver esta tensión requiere una comprensión integral del rol de la propiedad, los principios de gobernanza y la coherencia con el propósito del patrimonio.
Durante una jornada de construcción de protocolo familiar, al trabajar el propósito de la propiedad, una familia empresaria acordó que su patrimonio debía garantizar la estabilidad financiera, el bienestar y el desarrollo integral de las futuras generaciones, sin descuidar su impacto social. Además, establecieron principios como la propiedad colectiva con libertad de salida, la prioridad del bienestar de los fundadores, el apoyo a nuevos negocios familiares, y una política clara de educación.Pero todo este marco, bien intencionado y profundamente reflexionado, se puso a prueba con una pregunta sencilla: ¿Cuánto debe crecer el patrimonio para cumplir con todo esto?…
¿Cuánto debe crecer del patrimonio de nuestra familia empresaria?