El modelo tradicional de empresa familiar se basa en la interacción de tres sistemas fundamentales: Empresa, Propiedad y Familia. Sin embargo, la ausencia de un cuarto sistema, el Individuo, representa una omisión crítica que puede afectar el legado. Este artículo propone una revisión constructiva del modelo, argumentando que la salud organizacional y el bienestar familiar dependen de la inclusión del «Individuo» como un pilar esencial. Sin un enfoque en el bienestar y desarrollo personal de cada miembro, la capacidad de la familia para trabajar de manera cohesionada se ve comprometida. El artículo explora la integración del sistema «Individuo» en la estructura de la empresa familiar, basándose en las enseñanzas de Stephen Covey sobre la armonía personal.
El modelo de tres círculos (Davis y Tagiuri – 1982) ha sido ampliamente utilizado para gestionar la complejidad de las empresas familiares, proponiendo que el equilibrio entre Empresa, Propiedad y Familia es clave para asegurar la continuidad del negocio a lo largo de generaciones. Este enfoque permite abordar conflictos de intereses y necesidades particulares de cada sistema, garantizando que se tomen decisiones que beneficien a todos los involucrados: la Empresa se enfoca en la operación y crecimiento del negocio, donde la eficiencia y la rentabilidad son prioritarias; la Propiedad se centra en la gestión del patrimonio, control y distribución de la riqueza generada; y la Familia está orientada a mantener las relaciones, valores compartidos y cohesión entre los miembros familiares. Sin embargo, este modelo no aborda de forma explícita el desarrollo y bienestar de los individuos. La falta de un sistema dedicado al «Individuo» significa que las personas son consideradas solo en función de sus roles dentro de la Empresa, la Propiedad o la Familia, sin reconocer sus necesidades personales. La realidad es que los individuos no siempre están en condiciones de cumplir con sus roles familiares o empresariales si no han trabajado en su desarrollo personal y bienestar integral.
El cuarto sistema olvidado: La importancia del individuo en las familias empresarias