El próximo 25 de septiembre vence el plazo para la normalización de activos no registrados. Colombia hace parte de la OCDE y todos los días las brechas se están cerrando, esta tendencia ha generado discusiones al interior de familias empresarias y en algunos casos están poniendo en riesgo su unidad.
Por Gonzalo Gómez Betancourt
Recuerdo que hace algunos años una persona que no conocía, y manteniendo su anonimato, quiso hacerme una consulta sobre cómo podría actuar él ante una situación que lo tenía muy incómodo, pese a que su razón le decía una cosa, su corazón le decía otra, en una dualidad que lo había obligado a tolerar que su hermano y líder empresarial, no aprovechara la amnistía patrimonial promovida por el gobierno nacional, para dejar de esconder un patrimonio que durante años esta familia había dejado de declarar por una “estrategia tributaria” que desde la primera generación se había consolidado como mecanismo de seguridad frente a todos los actores ilegales que desafortunadamente tiene nuestro país.
La llamada “estrategia tributaria” en esos años consistía en sacarle a sus empresas la mayor cantidad de dinero a partir de gastos generados por otras empresas del exterior y dejar estos supuestos “dividendos” para salvaguardar la tranquilidad financiera en caso que ocurriera alguna eventualidad, como tener que salir corriendo del país por amenaza de secuestro, extorsión, etc, de la que ya habían sido víctimas en varias oportunidades. De hecho la estrategia les exigía no tener utilidades en sus empresas para demostrar que no eran rentables, porque como ellos afirmaban algunas instituciones de control de país, así como algunos bancos privados, habían sido infiltrados por grupos de delincuentes que hacían sus análisis para después informarles a sus cómplices y así convertir a los empresarios en objetivos económicos que terminarían financiando sus atrocidades. El bajo perfil de toda la familia era fundamental, incluso el manejo de sus cuentas personales, sus tarjetas de crédito, y el uso de efectivo para sus gastos personales. Las empresas del exterior se habían constituido en paraísos fiscales para evitar a toda costa que esas jurisdicciones enviaran información, para ello era necesaria una orden de un juez para que estos países dieran esa información a los entes de control.
Quien me hizo esa consulta, manifestaba que el gobierno del Dr. Uribe les abría la oportunidad de tener un país diferente, ya que al disminuir la amenaza de guerrillas y paramilitares, podían volver a ser una familia que no tenía “nada que esconder” porque su dinero siempre fue lícito, fruto de un negocio legítimo. Sin embargo, el líder empresarial, le insistía a su hermano sobre la inconveniencia de amnistiar ese patrimonio que tenían por fuera, según él, no por el costo de normalizar, sino porque quedarían en evidencia y que por muy Dr. Uribe que fuera, no podría controlar a todos los delincuentes que había en este país. Pero su sentimiento era encontrado, sus discusiones fueron importantes en ese momento pero llegaron a un acuerdo de esperar a ver que sucedía.
Este año esta persona volvió a escribirme, nuevamente manteniendo su anonimato, diciendo que aunque su hermano continuaba con esa mala práctica de esconderlo todo, para él ya no era justificable mantener esa “estrategia tributaria” a la que acusaba de haberle quitado su calidad de vida. Ahora pese a que su empresa mantiene ese bajo perfil y no volvieron a tener ningún tipo de amenaza, su hermano mayor justificaba mantenerla porque a este país se lo iba a tomar la izquierda, y que los hechos eran claros, tan solo había que observar los últimos acontecimientos que estaban pasando donde los guerrilleros ya eran senadores y estaban en libertad, mientras el Dr. Uribe estaba en casa por cárcel. Él menor le argumentaba a su hermano que ya todos los países del mundo estaban buscando a los evasores, que la mayoría de paraísos fiscales venían enviando información voluntaria a los entes de control, que los bancos venían preguntando quienes eran los beneficiarios finales de las empresas que tenían cuentas en el exterior, y tarde o temprano llegarían a ellos, con un problema reputacional que él no quería tener. Su hermano mayor en compañía de otros familiares, le insistían que cuando la izquierda se tomara el país, empezarían las expropiaciones y por lo tanto debían seguir manteniendo un bajo perfil.
Esta vez, él ya no quería tolerar esta irregularidad, porque no veía que fuera cierta esa probabilidad, primero de que llegara la izquierda al poder y segundo de que estando en el poder fueran a expropiar todas las empresas; por lo tanto, veía ese argumento como una manipulación de su hermano para seguir teniendo buenas utilidades al no pagar impuesto de renta y de patrimonio. La solución que él veía era la venta de su patrimonio a su hermano, quien lo había acusado de estar pensando en su propio interés más que en el de toda la familia, ya que en el momento que él develara ese patrimonio, todos los demás serían perseguidos, con un agravante, que ahora tendrían sanciones penales por los montos de los que se hablaban.
Que problema tan serio, es increíble cómo le hemos facilitado la vida a todos los victimarios de este proceso de paz y a las victimas solo se les han creado mecanismos punitivos, cuando aún no hay confianza y mucho menos un buen funcionamiento de la justicia especial para la paz. Sin embargo, desde mi punto de vista creo que el problema raíz no está siendo bien analizado por esta familia, en este caso es: ¿Cómo proteger el patrimonio de una posible expropiación dado que se tenga un gobierno de izquierda?, mi respuesta es todo lo contrario a la creencia popular de esconderlo, ya que debido a la situación mundial esto no es posible y principalmente porque no podemos actuar de la misma manera que los grupos ilegales, para mí la solución es, “normalizar activos cuanto antes y tenerlos en empresas “On Shore”, es decir en países de alta tributación, con acuerdos bilaterales con Colombia, pagar impuestos y en caso que se active ese riesgo remoto… pero posible, sus empresas estarán protegidas por gobiernos a los que es difícil quitarles el patrimonio, como ya se visto en la experiencia con Venezuela”.
CEO Legacy and Management Consulting Group