Recomendaciones para ser el mejor propietario de la empresa

Hemos defendido una premisa básica para la gestión de la propiedad en una familia empresaria: un buen propietario se compra su empresa todos los días. Así, la empresa familiar solamente será vendida si un comprador excepcional presenta una oferta excepcional por ella. ¡No tendría sentido vender la empresa en otras circunstancias!.

Pero ¿cómo sabe un propietario si realmente es el mejor propietario para su empresa? ¿Qué significa comprarse la empresa todos los días? A fin de cuentas, es normal sentirse orgulloso de la empresa de la familia ¿no es verdad?

Un buen comienzo consiste en responder las preguntas iniciales que un propietario debería conocer. Afortunadamente, no son muchas y hemos encontrado que son claves para sentar las bases de una buena gestión de la propiedad.

Las preguntas son:

¿Cuál es el valor de la empresa?

si un buen propietario se compra la empresa todos los días, es fundamental entonces que conozca su valor económico. Sin este indicador, es prácticamente imposible formular preguntas claves y tomar decisiones estratégicas sobre la propiedad. Por ejemplo, ¿cómo está distribuido el patrimonio familiar y qué porcentaje de dicho patrimonio está concentrado en la empresa? Incluso en los entornos más difíciles, cuando la empresa enfrenta serias dificultades, la medición de su valor económico es la base para una toma de decisiones acertada desde la propiedad.

Un propietario de empresa que no conoce su valor es como un piloto de avión que vuela con los ojos cerrados.

¿Puede aumentar el valor de la empresa?

La familia crece. Los fundadores tienen hijos, que crecen y forman núcleos familiares. Luego vienen los nietos… En el tránsito de primera a tercera generación, el tamaño de la familia puede multiplicarse seis veces. En consecuencia, el reto es preservar el valor del patrimonio “per cápita”, es decir, buscar que el patrimonio familiar crezca a un ritmo igual o superior al ritmo al que crece la familia misma.

¿Qué esperamos los propietarios de la empresa?

La familia debe definir claramente sus expectativas con relación a la empresa. La dirección de la empresa debe estar en condiciones de responder si dichas expectativas son razonables o no.

Por supuesto, una familia empresaria no tiene únicamente expectativas económicas. No se trata solamente de incrementar el valor. Los propietarios quieren que la empresa tenga impacto en los clientes, los empleados y otros grupos de interés, quieren cultivar aspectos intangibles como la buena reputación, el reconocimiento de la marca y la historia de éxito de la familia. Los propietarios quieren seguir sintiendo orgullo por la empresa familiar.

Por ello, no se trata solamente de definir qué se quiere lograr. Se debe definir también lo que se quiere evitar.

¿A quién le comunican sus expectativas los propietarios?

En algunas familias empresarias, especialmente aquellas de primera generación, la empresa no cuenta con una junta directiva o asesora. Las decisiones de estrategia y gestión de riesgo las toma directamente la familia. En muchos otros casos, se conforman juntas sin miembros independientes o con miembros independientes que se alinean con la familia y evitan ser cuestionados. Un “comité de aplausos”.

Los buenos propietarios, sin embargo, garantizan que exista un mandato desde la propiedad hacia la dirección. Una junta, con independientes, recibe dicho mandato y sabe exactamente qué se espera de su gestión en términos de estrategia y gestión de riesgos.

En resumen, los mejores propietarios diseñan una estrategia de propiedad basada en el valor de la empresa, el plan de valor y las expectativas de la familia. Pero también, organizan una estructura de gobierno adecuada para que el plan y las expectativas puedan cumplirse. Los mejores propietarios, se compran su empresa todos los días.

Autor: Luis Carlos Bravo Perdomo
Managing Partner
Aurum Legacy Advisors