¡S.O.S. para reforzar el concepto de la propiedad privada en las siguientes generaciones!

En mi trabajo habitual de ayudar a familias empresarias, recientemente tuve la oportunidad de hacer varias entrevistas con miembros de la tercera generación de una prominente empresa, entre ellos millennials y centennials. Constaté que el concepto de la propiedad privada no tiene mucho sentido en algunos de ellos.

Por Gonzalo Gómez Betancourt

Estimadas familias empresarias, debo lanzar un S.O.S. (Save our Souls – Salven nuestras almas) a todos los responsables, para que encarecidamente reforcemos el concepto de la propiedad privada en las siguientes generaciones, hemos delegado en muchas instituciones académicas la formación de nuestros hijos y pese a que seguramente hemos buscado las mejores instituciones por su reputación, muchos de nosotros no hemos hecho suficiente seguimiento a los aprendizajes que están recibiendo los jóvenes, y cuando nos damos cuenta ya puede ser un poco tarde.

En las mencionadas entrevistas con la tercera generación, encontré que hijos educados en universidades y colegios privados, habían sido formados claramente por profesores de un corte que no era capitalista, sino socialista y en mi criterio hasta comunista. Fue increíble atestiguar que aquellos rumores sobre la infiltración de la izquierda en las universidades, era una realidad; yo daba por sentado que sólo ocurría en las universidades del estado, pero para mi sorpresa lo que encontré fue que en las más reconocidas universidades privadas, ya habían hecho su trabajo, lo que respondía claramente a un plan estratégico de años, para influir en las mentes de estos jóvenes.

Lo curioso para mí es cómo se hace para enseñar administración de empresas a un grupo de hijos de empresarios, desde el concepto de la inconveniencia de la propiedad privada, porque suena contradictorio, el discurso se basa en que es necesario convivir en un sistema mixto, como me lo explicó uno de los hijos de esta familia. “Yo me considero un socialista de mercado, apoyo la idea de un socialismo con empresas autónomas tomando decisiones sobre qué, cuánto y cómo producir, dependiendo de las condiciones del país, se debe hacer mayor o menor énfasis en la compatibilidad de la planificación económica deliberada, ya sea centralizada o descentralizada, con el mercado; en últimas es una etapa de transición encaminada al bienestar último, que todos seamos iguales”. Finalmente, se entiende que, para este joven, el comunismo es el estado de bienestar. Pensé que era un caso aislado, pero en otras ramas de la familia se veía el mismo concepto. Pregunté sobre el concepto de la propiedad y otro entrevistado fue muy claro en decir, “la propiedad privada limita el potencial de las fuerzas productivas en la economía, donde el papel del capitalista se hace redundante. Nosotros favorecemos la propiedad social, para eliminar las distinciones de clase entre los propietarios y los trabajadores; se ha acumulado la riqueza en unos pocos y se ha empobrecido a la multitud”.

 También pregunté en cada entrevista si creían que el problema raíz de la situación económica del mundo estaba en la propiedad privada, y la respuesta categórica fue: “Sí, sin dudarlo” a lo cual yo refutaba diciendo que todos sus estudios, su propio bienestar y el de su familia, lo habían obtenido de la propiedad privada, y la respuesta era: “mi padre y mi abuelo no tenían porque entender el daño que le han hecho a la sociedad sin mala intención, es el sistema”.

Estimados empresarios debemos volver a retomar nuestra formación interna desde las bases, “poseer algo propio y con exclusión de los demás es un derecho que dio la naturaleza a todo hombre, todo aquel que dedica tiempo a algo y lo trabaja genera un sentimiento de propiedad”. Según mis estudios los comunistas proponen abolir la propiedad burguesa, que no es la abolición de la propiedad en general, sin embargo, debido a la cantidad de corrientes existentes caen en una confusa esperanza de que el poder dictatorial del proletariado, propondría medidas para que la propiedad pasara a manos del estado; lo que supondría la sujeción completa del individuo por el estado, la absorción de la personalidad humana por el poder público, ¿eso es lo que queremos del estado de bienestar?, ¿es la equidad sinónimo de justicia?. Es entendible, que estas ideologías surgieran en épocas del feudalismo, como fue la revolución francesa en 1789, ya que la propiedad tenía características tan extensas que daban al propietario el derecho de disponer y disfrutar de algo de una manera absoluta; y por otro lado los pobres sin protección alguna del estado, lanzados a buscar el jornal del día se volvían cada vez más miserables mientras los patrones acumulaban más y más riqueza con el objetivo de atesorar. Hoy en día el mundo es diferente, y no encuentro justificación alguna para sugerir que la solución sea abolir la propiedad privada.

La verdad es que los seres humanos por naturaleza buscamos hacer, conocer, investigar, y trabajar; como fruto de ello se siente dueño de aquello que se ha desarrollado en sus manos, a este concepto se le ha llamado propiedad psicológica. Eliminar el derecho a la propiedad privada, va en contra de lo natural. Por el contrario, lo que necesitamos es más oportunidades para la creación de empresa. Si hay empresa, hay creación de un mecanismo para cubrir las necesidades de las personas, y de esta manera generar mayor riqueza. Los empresarios son la espina dorsal de una economía y sin ellos viene la pobreza.

Estimados empresarios los invito a una reflexión, todos tenemos responsabilidad para que los sistemas de libertades no se acaben, cómo hacemos para tener un capitalismo, que por ahora ha demostrado ser el sistema más eficiente, para que mantenga nuestras libertades, y atacando los fallos históricos que hemos tenido, de manera que los demás, especialmente los propios, no encuentren que es un sistema salvaje e insensible. Llegó la hora, y espero que no sea tarde, para enseñar y vivir el capitalismo consciente, que hace que todos tengamos un equilibrio mientras que producimos bienes y servicios, cuidando a los demás partícipes de la organización. En vez de volver a modelos que han acabado sustancialmente con las libertades y con el bienestar. Podemos llegar a construir empresas que dignifiquen al ser humano, no solo por existir, sino también premiando el esfuerzo de haber producido más bienestar para muchos.

Ph.D – CEO Legacy and Management Consulting Group.

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