Por Gonzalo Gómez Betancourt**
Últimamente he sentido un ambiente enrarecido en contra de todo lo que sea del mundo empresarial, nos tildan de “oligarcas” y que hemos ocasionado una catástrofe en el país. Es una idea paquidérmica de la lucha de clases, que explica la existencia de conflictos sociales como el resultado de la tensión existente entre diferentes sectores de la sociedad, pobres y ricos, empresarios y trabajadores, políticos y pueblo, militares y civiles. Para muchos, este conflicto solo puede resolverse cuando se llegue a una sociedad sin clases, sin que ello suponga la desaparición del progreso, y lo peor es que muchos así lo creen.
Será de nunca acabar el tan trillado e incómodo concepto de la lucha de clases, que inicia desde Maquiavelo cuando menciona en uno de sus libros “En toda república hay dos espíritus contrapuestos, el de los grandes y el del pueblo, y todas las leyes que se hacen en pro de la libertad, nacen de la desunión de ambos”. Adam Smith, padre del capitalismo, concluye “Todo el producto anual de la tierra y del trabajo de una nación, naturalmente se divide, en tres partes; La renta de la tierra, los salarios al trabajo y las ganancias del capital, y constituye un ingreso a tres órdenes diferentes de personas: los que viven de las rentas, los que viven de salarios y los que viven de las ganancias”. Para Marx “la lucha de clases también es la lucha de los diferentes grupos sociales por impulsar una determinada forma de organización social y modelo productivo. Ya que en el momento en que el desarrollo de los medios de producción entra en conflicto con la forma de organización social vigente, surge la necesidad de generar una nueva forma de relaciones sociales y de organización social. Y esto se expresa cuando surge una nueva clase social dispuesta a efectuar este cambio social, que acaba triunfando sobre la antigua clase social dominante, impulsando un cambio social que cree nuevas formas de desarrollo productivo”, por lo tanto para Marx, la lucha de clases está entre la burguesía que es la clase de los modernos capitalistas, que son los propietarios de los medios de producción, y los patrones de los asalariados; el proletariado es la clase moderna de los asalariados, no son propietarios de medios de producción, se ven obligados a vender su fuerza laboral para subsistir.
Increíble que todavía estemos en ese péndulo entre el comunismo marxista y el capitalismo de Smith. Este antagonismo, incluso ha sido debatido como la fuente del desarrollo de las naciones, al existir una tesis se pasa a una antítesis y finalmente se construye una nueva realidad, que es la idea de muchos social demócratas. Pero, ya estamos viendo los efectos de esta lucha de clases que en los últimos meses se ha disparado como una enfermedad en todo el mundo y principalmente en toda América. Vimos en el gobierno del Presidente Duque como el “Pueblo” salió a protestar y acabar con todo lo que encontraba a su paso y su correspondiente impacto económico, político y social, y ahora una vez ganó la izquierda de Petro, vemos que los “Burgueses” no salen a dañar, ni a insultar , ni acabar con los bienes del estado, pero su grito silencioso, es sacar toda la liquidez que puedan y dejar de hacer inversiones en el país, ante el inminente cambio de modelo económico que ha promovido el Pacto Histórico del Presidente electo, que aunque esté tratando de mandar mensajes a los “Burgueses” de que no van a ver cambios en el modelo, todos sabemos por sus bases marxistas, además de 20 años de estar diciendo un discurso día y noche en el que resalta que va a hacerlo, poco a poco, como el sapo en el agua caliente. Pero el nerviosismo ya está presente en los que producen la riqueza, porque no se quedarán como espectadores a ver cómo les cambian las reglas de juego. Algunos de ellos se hacen amigos del nuevo régimen y le muestran su mejor sonrisa esperando que no se metan con ellos, muchos financiaron a todos los candidatos, pero la verdad como ha pasado en otros países es que el político de la lucha de clases tenderá a engañarlos porque su convicción con el marxismo es más fuerte. Otros trataran de seguir trabajando porque quedan atrapados en el país, que son los empresarios medios y pequeños, que, aunque quieran salir huyendo no lo pueden hacer, no hay forma financieramente viable para hacerlo. Otros se irán porque pueden, dejando sus empresas aquí, pero sin la fuerza adecuada.
Mi predicción de cómo se hará el famoso cambio de modelo económico es como el “Sapo en el agua caliente”, y empieza con la reformita tributaria, que a pocos días de su llegada tiene la idea de obtener 75 billones para llegar a cerca de 50 billones, donde no existe manera de llegar a esa cifra, sino a través del incremento de los impuestos a las empresas, a las personas naturales, y además tendrán que tocar el IVA. Todos sabemos que la idea es parecerse más a un país socialista como Finlandia, Noruega o Suecia, ¡¡¡que bueno sería!!!, pero el viejo adagio de que eso es para personas en Dinamarca y no en Cundinamarca, es la realidad de nuestro país. En esos países la riqueza per cápita es elevada porque los empresarios no son maltratados, solo tenemos que ver a la Dinastía de los Wallenberg que ha creado una de las mayores riquezas del mundo, sin tratarlos como demonios, porque saben que, con sus habilidades, han creado empresas en todos los sectores de la economía, con lo que han generado bienestar a millones de empleados en todo el mundo. Además, no hay economía informal y por lo tanto todos aportan a la seguridad social, mientras que en este país tan sólo tenemos 50% de la población soportando al otro 50% que no quieren aportar, porque se les acostumbro a un modelo asistencialista donde pagan los “Ricos”, los “Pobres” no deben pagar nada solo recibir regalos del estado. Ya veremos que todo está cantando para seguir cobrando impuestos tan desastrosos como el impuesto al patrimonio con unos valores que ni siquiera se pueden generar con una rentabilidad normal, como los que ya están anunciando el ministro Ocampo, que supuestamente iba a traer tranquilidad al país; que ingenuidad, el país ya vio para donde va el “Lobo” vestido de “Oveja”. Todo terminará en un exagerado cobro de impuestos que terminará por hacer huir a los grandes “burgueses” a vivir en Suiza pagando impuestos en Suiza donde al menos se ve la inversión en infraestructura y la calidad de vida, en lugar de pagar esos mismos impuestos en un país donde además los odian y les quieren hacer daño. ¿Qué pasará con la reforma pensional, la de salud y, lo más importante, la reforma agraria?, cuando determinen que significa una tierra productiva, ¿cuánto y con qué les pagará el estado?
Uh, vienen tantos cambios, que ya el dólar reaccionó por la salida de capitales, y si algunos quedamos atrapados en el país, tendremos que hacer que los cambios no sean tan abruptos y en algún momento volver a la cordura, en este mundo estamos todos coexistiendo y debemos buscar el capitalismo consciente, que es la respuesta al verdadero estado de bienestar para todos, a pesar de la generación de grupos que busquen el beneficio individual, por simple naturaleza humana, no creerlo sería negar una verdad.
Ph.D. – CEO Legacy and Management Consulting Group**